“¡Él tiene el As!” Es de plumaje esplendoroso, relajado y solfea… poco a poco, la
va consumiendo con los sentidos; la va encantando. En el reino, todo
recomienza, se categoriza en un grandioso laberinto; de repente ya nada es
igual… Brisas, aguaceros y rumores… ¿y la Dama?